Todavía recuerdo claramente un tweet viral que a fines de 2018 se convirtió una verdadera revelación para mí: “Es tan repugnante la forma en que algunas chicas se quejan del dolor menstrual en las redes sociales“. ¡Más de 440.000 mujeres de todo el mundo se indignaron ante esta crítica! Fue divertido leer sus respuestas, en las que se explayaron sin guardarse ningún detalle.
Sus respuestas me sonaron tan familiares: ¡todas tenemos historias como estas!, pensé. Sin embargo, todavía no estamos acostumbradas a discutir públicamente el dolor, la hinchazón y los cambios de humor que vienen con la menstruación y cómo estos malestares pueden hacer que nuestras vidas sean mucho más incómodas.
Una mujer pasa un promedio de 3.000 días de su vida menstruando, ¡eso es más de ocho años de su vida! El sangrado mensual y la contracción del útero son necesarios para deshacerse de su revestimiento engrosado, una camita de tejido, cuando no se adhiere ningún óvulo fertilizado. Si bien esto causa poco dolor en algunas mujeres, según un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Ginecólogos (agregar referencia), más de la mitad de las mujeres pueden experimentar calambres muy dolorosos.
Nuestra propia encuesta de Isala también muestra que no menos del 89% de las mujeres en Bélgica presenta dolor durante la menstruación, algunas a veces y otras siempre.
El impacto de los períodos en el rendimiento de las mujeres (en el hogar, en el trabajo, en vida social y académica, etc.) a menudo se oculta, se barre bajo la alfombra y sigue siendo tremendamente subestimado. Un estudio en los Países Bajos con casi 43.000 participantes mujeres reportó:
- Que 38% de ellas no puede realizar plenamente sus actividades diarias durante la menstruación
- Que 85% de las mujeres sufre de dolor y/o calambres
- Que 77% de las participantes presentaban afecciones psicológicas y fatiga
Estas cifras son muy similares a los resultados de nuestra encuesta Isala. El rendimiento académico también puede verse afectado negativamente: por ejemplo, las estudiantes de medicina informaron que la menstruación había afectado su tiempo de estudio (76%), concentración (66%), actividades grupales (58%), rendimiento en exámenes (52%) y asistencia a clases y conferencias (41%).
Una encuesta de la BBC también botó resultados similares: más de la mitad de sus trabajadoras había tenido dolor menstrual que llegó a afectar su desempeño laboral. Es sorprendente que en el estudio de los Países Bajos, mencionado anteriormente, solo el 20% de las mujeres que sufrían de dolor menstrual había pedido licencia por enfermedad e informado el motivo a su jefe. Más de la mitad aludió al motivo vagamente o indicó un motivo no específico.
Las molestias físicas durante la menstruación tienen un nombre científico: dismenorrea. El dolor en la dismenorrea se concentra en el abdomen, la espalda y las piernas y, a veces, se puede sentir en todo el cuerpo. Esto no está necesariamente asociado con alguna enfermedad o afección: también es común en mujeres sanas. Sin embargo, ciertas condiciones pueden causar dolor menstrual adicional, como:
- Endometriosis (una afección en la que el tejido que normalmente solo se encuentra en el interior del útero también está presente en el exterior)
- Fibromas/miomas (crecimientos benignos en la pared uterina)
- Hipermenorrea (demasiada pérdida de sangre)
- Polimenorrea (períodos con más frecuencia de lo normal y malestar asociado)
Adicionalmente, pueden presentarse cambios anímicos justo antes de la menstruación, también conocido como síndrome premenstrual (SPM). Debido a los tabúes que rodean la menstruación, las niñas y las mujeres a menudo sienten la necesidad de guardar silencio al respecto. Como resultado, los problemas menstruales no suelen discutirse a tiempo. Si el dolor menstrual afecta tu vida personal o laboral, asegúrate de consultar a un ginecólogo o médico de familia. En muchos casos, el dolor menstrual y el síndrome premenstrual se pueden tratar con píldoras anticonceptivas adecuadas o medicamentos antiinflamatorios.